Ahora llueven clavos sobre mi espalda ,
latigazos de tus sombras en los portales ,
el agua de los charcos enciende los umbrales ,
tumbada y humeda en los parpados ,
de lado , nunca llego a alcanzarte.
Flechas envenedadas de la fiebre ,
paramos desnudos de viento ,
que se pierden en el mes de marzo.
En la espera de los ojos marrones ,
nubarrones que asaltan un instante ,
soñando con tus manos.
Poema incluido en mi próximo libro : Ecos de Noélia
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